Cefalópodo de gran valor en la gastronomía mediterránea (100 % ecológico, sin la adición de productos químicos, aditivos o conservantes). Una de sus grandes ventajas son las numerosas formas que tiene de cocinarlo. A la plancha, guisado, frito hasta incluirlo en recetas tradicionales como unas croquetas. También es común utilizar su tinta para dar a la comida un aroma marino y color único, en elaboraciones como arroces y pastas.